Goyeneche avanzó hacia Cochabamba. El entonces Gobernador de la ciudad, Joaquín Mariano Antezana, intentó reunir refuerzos para resistir el ataque de Goyeneche, pero solamente quedaban mil hombres en la ciudad. Buscó llegar a un acuerdo con Goyeneche, pero éste exigió la entrega de los principales cabecillas.
Ante esa situación, Antezana convocó a Cabildo para proponer rendición. A ello, Manuela Eras y Gandarillas contestó: “¡Si no hay hombres para defender la Patria y morir por ella, aquí estamos nosotras, para salir y afrontar al enemigo!”.
El 27 de mayo de 1812, ingresó la tropa de Goyeneche, cuyos hombres saquearon la ciudad y allanaron los domicilios buscando a los líderes, incluyendo la finca de Esteban Arze, donde su esposa, Manuela Rodríguez Terceros, enfrentó a los que irrumpieron en su hogar.
Las mujeres, comandadas por Manuela Eras y Gandarillas, salieron a las calles con sus hijos, protestando contra los allanamientos, al grito de "¡Nuestro hogar es sagrado!".
Se reunieron en la Catedral y, habiendo obtenido las llaves del depósito de armas, ingresaron a este para sacar los fusiles de chispa, cañones de estaño, arcabuces y municiones que se encontraban en él. Acto seguido, se dirigieron a la coronilla, ubicada en la colina de San Sebastián, donde colocaron las piezas de artillería para resistir la entrada de Goyeneche.
Goyeneche envió al capitán de caballería Jacinto Terrazas, para convencer a las mujeres que depusieran su actitud, pero ellas se negaron rotundamente proclamando que tendrían “la gloria de morir matando”y dieron muerte al Capitán Terrazas.
Las fuerzas realistas iniciaron fuego, recibiendo la misma respuesta por parte de las mujeres atrincheradas en la coronilla. Estas aguerridas féminas, con los rebozos atados a la cintura, enfrentaron al enemigo por espacio de dos a tres horas. La caballería enemiga rompió el cerco y atacó el lugar, matando a 30 mujeres y 9 hombres. La ciudad fue saqueada y mataron indiscriminadamente a hombres, mujeres y niños.
Al día siguiente, se conmemoraba jueves de Corpus Christi. Goyeneche encabezó una procesión religiosa con un grupo de pobladores que se habían sometido a él, mientras los patriotas que habían sido apresados el día anterior eran fusilados. Este día fue recordado por la población cochabambina como la “Fiesta de Corpus Triste".
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